Y te irás dando cuenta de que nada es para siempre, que todo tiene su final. Te meteran palos, ostias, golpes, pero te levantarás cada vez . Aprenderás a perdonar y a pedir perdón, pero intentarás no hacer nada de lo que tengan que perdonarte. Te sentirás obligada a caminar sin parar, y coger carrerilla sin tener que pensar en nada, tan sólo en respirar.